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Guía Transversal 10 . Filosofía – Ética – Religión Grados: Ciclo V - VI (10°, 11°) "Escoger pareja: reflexiones desde la filosofía, la religión y la ética"

 

📄 Guía Transversal: "Escoger pareja: reflexiones desde la filosofía, la religión y la ética"

Grado: Ciclo V – VI
Áreas integradas: Filosofía – Ética – Religión

🎯 Objetivo general:  Reflexionar sobre los criterios, valores y responsabilidades implicados en la elección de pareja, considerando diferentes perspectivas filosóficas, religiosas y éticas, para tomar decisiones conscientes y responsables.

Preguntas generadoras

·         ¿Qué significa realmente “elegir” a una persona para compartir la vida?

·         ¿Qué papel juegan los valores personales y familiares en esa elección?

·         ¿Cómo puede la filosofía ayudarnos a reflexionar antes de decidir?

·         ¿Qué enseñan las distintas religiones sobre la pareja?

·         ¿Qué principios éticos se deben tener en cuenta?

🧠 I. Filosofía: pensar antes de elegir

·         Platón: en El Banquete, plantea que la unión de pareja puede entenderse como la búsqueda de la otra mitad perdida, pero no se queda en lo romántico. Para él, el amor verdadero (eros) es un impulso que debe elevarse hacia el bien y la belleza, alejándose de la mera atracción física para transformarse en un amor que perfecciona a ambas personas.

·         Aristóteles: distingue entre amistades de placer, de utilidad y la amistad perfecta. La pareja ideal se construye sobre esta última, que nace entre personas virtuosas, con intereses y valores comunes, y que buscan el bien mutuo. La atracción inicial puede ser importante, pero si no se sostiene sobre virtudes compartidas, el vínculo se deteriora.

·         Kant: la relación debe basarse en el respeto por el otro como fin en sí mismo, y no como medio para obtener placer, seguridad o estatus. Amar no es “poseer”, sino reconocer la dignidad y autonomía de la otra persona.

·         Existencialistas (Sartre, Beauvoir): el amor auténtico es aquel en el que cada uno asume su libertad y la del otro, sin intentar poseer ni absorber al ser amado. Las relaciones, según ellos, fracasan cuando se convierten en un juego de poder o dependencia.

💡 El amor con hambre

La filosofía también invita a reflexionar sobre lo que popularmente se llama “amor con hambre”, es decir, las relaciones que nacen desde la necesidad urgente de afecto, compañía o validación. Cuando se elige pareja únicamente para llenar vacíos emocionales o huir de la soledad, se corre el riesgo de construir un vínculo dependiente, inestable y poco sano.
En términos aristotélicos, sería un amor de utilidad o placer, pero no de virtud, y tiende a desmoronarse cuando la necesidad inicial desaparece.

Etapas del amorAunque cada pareja es única, muchas relaciones atraviesan etapas reconocibles:

1.       Atracción inicial o enamoramiento: alta intensidad emocional, idealización del otro, química física y novedad.

2.       Construcción y ajuste: comienzan a conocerse las diferencias, se negocian acuerdos y se consolidan hábitos comunes.

3.       Compromiso consciente: la relación se sostiene más allá de la pasión inicial; aquí intervienen la voluntad y los valores compartidos.

4.       Compañerismo profundo: el vínculo se basa en respeto, confianza y apoyo mutuo, incluso cuando el romance intenso se transforma en afecto estable.

⚙️ Lo funcional más allá del romance

Filosóficamente, una relación de pareja funcional implica:

·         Compatibilidad de proyectos de vida: no basta con “amarse”; hay que coincidir en metas esenciales.

·         Apoyo mutuo: la pareja es un equipo que se fortalece en las crisis y celebra los logros del otro.

·         Comunicación abierta y honesta: sin miedo a expresar necesidades y desacuerdos.

·         Equilibrio entre autonomía y unión: estar juntos sin perder la identidad individual.

📜 Reflexión

La pareja no es solo un refugio emocional ni un romance idealizado: es un proyecto de vida compartido que requiere pensamiento crítico, afinidad en valores y una visión de futuro. El amor auténtico trasciende el hambre afectiva, evoluciona a través de etapas y se sostiene en pilares como la virtud, el respeto y la construcción mutua.

🙏 II. Religión: unión, roles y economía en la pareja

En la mayoría de las tradiciones religiosas, la pareja no se concibe únicamente como una unión afectiva, sino como una alianza con roles y responsabilidades que se complementan.
Si bien cada religión interpreta estos roles con matices diferentes, existe un patrón común:

·         El hombre es visto tradicionalmente como proveedor y protector.

·         La mujer es considerada guardián del hogar, cuidadora y administradora.

Este modelo no implica superioridad de un sexo sobre otro, sino funciones diferenciadas que, idealmente, buscan la cooperación mutua.

✝️ Cristianismo

En la Biblia, especialmente en Efesios 5:25-29, se llama al esposo a amar y cuidar a su esposa como Cristo amó a la Iglesia, lo que implica sacrificio, provisión y protección.
En Proverbios 31 se describe a la mujer virtuosa como trabajadora, sabia y administradora de los recursos del hogar, que complementa y multiplica lo que el hombre provee.

·         El hombre: carga principal de proveer económicamente y liderar con amor y servicio.

·         La mujer: administración del hogar, educación de los hijos y apoyo en la economía familiar.

 

✡️ Judaísmo

En la tradición judía, el ketubá (contrato matrimonial) especifica el deber del esposo de proveer sustento, ropa y cuidado a su esposa.
La mujer es vista como la "akeret habait" (pilar del hogar), encargada de la armonía y la espiritualidad doméstica, y también puede aportar ingresos si así lo decide, pero su responsabilidad principal recae en la organización y bienestar familiar.

☪️ Islam

El Corán (4:34) establece que el hombre es el mantenedor de la familia (qawwam), responsable de proveer económicamente y proteger a su esposa e hijos.
La mujer, por su parte, tiene como rol principal el cuidado de la familia y la administración del hogar, aunque puede trabajar y tener ingresos propios que, por ley islámica, no está obligada a compartir.
Aquí la economía del hogar se basa en la provisión masculina y la gestión femenina, bajo principios de justicia y responsabilidad mutua.

⚖️ Economía del hogar según la religión

En casi todas las tradiciones religiosas, la economía del hogar no se reduce solo al dinero:

·         Provisión: asegurar que no falte lo necesario para vivir con dignidad.

·         Administración: usar los recursos con sabiduría para cubrir necesidades y prevenir deudas.

·         Ahorro y previsión: planificar para el futuro y para emergencias.

·         Solidaridad: destinar parte de los recursos a ayudar a otros y a la comunidad.

📜 Reflexión

Las religiones coinciden en que el éxito de la pareja y de la familia depende de un trabajo conjunto en el que cada uno asume un rol con responsabilidad y amor.
El hombre, como proveedor y protector, y la mujer, como administradora y cuidadora, forman un equipo donde la economía del hogar se convierte en un pilar de estabilidad y prosperidad.
En el ideal religioso, estos roles no son cadenas, sino vocaciones complementarias para edificar un hogar sólido, justo y espiritualmente saludable.

⚖️ III. Ética: responsabilidad y respeto

Escoger pareja es una de las decisiones más trascendentales en la vida de una persona.
Desde la ética, no es un acto impulsivo ni puramente emocional, sino una elección que involucra responsabilidad moral, previsión y discernimiento.
La persona elegida tendrá un impacto profundo en nuestro bienestar emocional, en la estabilidad familiar e incluso en el desarrollo de los hijos si se llegara a formar una familia.

1. Autonomía con conciencia

La autonomía implica la libertad de elegir sin presiones externas, pero esa libertad debe ir acompañada de conciencia y reflexión. No basta con “elegir a quien me guste”; es necesario preguntarse si esa persona aporta positivamente a mi vida y si juntos podemos construir algo sólido y duradero.

2. Respetar y reconocer roles

Aunque hoy se habla de igualdad en derechos y oportunidades, ética y culturalmente aún se reconocen virtudes que son propias de lo masculino y de lo femenino en el sentido positivo del término:

·         En el hombre: ser trabajador, protector, responsable, proveedor y guía moral en el hogar.

·         En la mujer: ser cuidadora, sabia administradora, apoyo emocional y fuerza moral en la familia.
Esto no significa que uno esté limitado a un solo rol, sino que cada uno debe cultivar las virtudes propias de su identidad y aportar desde ellas al bienestar común.

3. Elegir a alguien que sume, no que reste

Una pareja ética es aquella que:

·         Apoya tus metas y crecimiento personal.

·         No sabotea tus esfuerzos ni minimiza tus logros.

·         Aporta estabilidad, no caos.

·         Se esfuerza por construir un hogar de paz, respeto y armonía.
Por el contrario, una elección apresurada o basada solo en atracción física puede terminar trayendo conflictos, desgaste emocional y retrocesos en tu vida personal y familiar.

4. Buenas costumbres y valores

Elegir pareja implica evaluar si la persona:

·         Respeta principios básicos como la honestidad, la fidelidad, la responsabilidad y la empatía.

·         Mantiene hábitos saludables que favorezcan el bienestar mutuo.

·         Se conduce con respeto hacia la familia y la comunidad.

·         Valora la vida y la dignidad de los demás.

5. Compromiso y previsión

Desde la ética, comprometerse con alguien es asumir las consecuencias de esa decisión:

·         Enfrentar juntos las dificultades.

·         Cumplir promesas y pactos.

·         Trabajar por el bien común y la estabilidad de la relación.

6. Justicia y equidad en el vínculo

La pareja ética es un espacio donde:

·         No hay abuso ni violencia.

·         Se respetan los tiempos, necesidades y opiniones de cada uno.

·         Se busca la equidad: dar y recibir en proporción justa, sin cargas desiguales que generen resentimiento.

Reflexión

Elegir pareja no es solo un acto del corazón; es un acto de inteligencia ética.
Escoger a alguien que sume significa buscar a una persona con quien compartir valores, hábitos sanos y metas en común. Un hombre íntegro y responsable y una mujer sabia y comprometida son cimientos para una relación estable.

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