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Guía Transversal 15. Filosofía – Ética – Religión Grados: Ciclo V - VI (10°, 11°) “Decidir es vivir: cómo nuestras decisiones construyen o destruyen nuestro futuro”

 

📘 Guía Transversal: Filosofía, Ética y Religión

 “Decidir es vivir: cómo nuestras decisiones construyen o destruyen nuestro futuro”



Introducción

Cada día tomamos decisiones: desde cosas pequeñas como qué ropa usar o qué comer, hasta decisiones que cambian el rumbo de nuestra vida: elegir pareja, aceptar un trabajo, estudiar o abandonar, consumir drogas o mantenerse sano, ir a una fiesta o quedarse en casa, ahorrar o gastar.

Algunas decisiones parecen inofensivas, pero con el tiempo marcan la diferencia entre avanzar o retroceder. Esta guía nos invita a reflexionar sobre el poder de decidir bien, entendiendo que la libertad siempre va acompañada de responsabilidad.

 


🧠 I. Filosofía: La libertad de elegir y sus consecuencias

 

1. Sócrates:

Su frase más famosa, “Una vida no examinada no merece ser vivida”, nos recuerda que las decisiones sin reflexión pueden llevarnos a la ruina. Sócrates creía que el ser humano debe detenerse a pensar antes de actuar, pues el mal muchas veces nace de la ignorancia.

 

👉 Ejemplo: un estudiante que decide abandonar el colegio porque “se aburrió”, sin analizar lo que perderá (educación, oportunidades, independencia), actúa desde la ignorancia. Sócrates diría que esa decisión es fruto de no haber examinado su vida.

 

2. Aristóteles:

Para Aristóteles, la virtud está en el justo medio. Decidir bien implica evitar los extremos dañinos: ni la cobardía ni la imprudencia, ni la pereza ni el exceso de trabajo. La verdadera libertad consiste en elegir con equilibrio.

👉 Ejemplo: un joven que va a fiestas todos los días pierde el control y descuida sus estudios; otro que nunca sale ni comparte se aísla. La decisión virtuosa está en equilibrar: estudiar con responsabilidad y también disfrutar sanamente de la vida social.

 

3. Jean-Paul Sartre (existencialismo)

Sartre afirmaba que estamos “condenados a ser libres”, lo que significa que no podemos escapar a la responsabilidad de decidir. Cada elección nos define y no hay excusa en culpar a otros: no son “los amigos”, “la sociedad” ni “el destino”; somos nosotros quienes elegimos.

👉 Ejemplo: cuando un joven decide aceptar una droga “porque todos lo hacen”, en realidad ha elegido libremente dejarse arrastrar. Sartre diría que esa persona no puede culpar a la presión social, porque siempre tuvo la libertad de decir “no”.

 

4. Nietzsche:

Criticaba las “pequeñas felicidades” que adormecen el espíritu, como el placer rápido que en realidad nos debilita. Para él, la vida auténtica se construye tomando decisiones valientes, aunque sean difíciles. Nietzsche hablaba del “superhombre”: aquel que decide crear su propio camino, en lugar de dejarse llevar por la masa.

👉 Ejemplo: un joven que prefiere invertir tiempo en aprender un oficio, tocar un instrumento o emprender un proyecto, en vez de pasar tardes enteras en la esquina consumiendo, está tomando una decisión nietzscheana: está afirmando su vida y construyendo sentido propio.

 

Reflexión filosófica:

La libertad de decidir no es simplemente “hacer lo que se quiere”, sino hacer elecciones que nos construyan como personas. Cada decisión —grande o pequeña— nos va moldeando. Decidir estudiar en vez de drogarse, ayudar en vez de dañar, perseverar en vez de rendirse, es construir la libertad auténtica que da sentido a nuestra existencia.

 

⚖️ II. Ética: Decisiones responsables para la vida

 

Autonomía:
Decidir de manera autónoma significa elegir libremente, sin dejarse manipular por la presión de amigos, parejas o incluso las redes sociales. La autonomía implica pensar por uno mismo, distinguir entre lo que conviene y lo que destruye.

👉 Ejemplo: un joven que recibe la presión de sus amigos para probar tusi en una fiesta del Rodadero, pero decide no hacerlo, está actuando con autonomía. No se deja arrastrar por la corriente, sino que respeta su propio criterio y valores.

 

Responsabilidad:
Cada decisión trae consecuencias, no solo para quien la toma, sino también para quienes lo rodean. Ser responsable significa medir los efectos antes de actuar y asumir los resultados de lo que hacemos.

👉 Ejemplo: una estudiante que decide abandonar las clases por flojera no solo afecta su propio futuro, sino también a su familia que confía en ella, y a sus compañeros que pierden su aporte en el grupo. En ética, la responsabilidad nos recuerda que nuestras elecciones nunca son aisladas.

 

Justicia:
La justicia es pensar en el bien común, no solo en el beneficio personal. Una decisión ética es aquella que también contribuye al bienestar de la comunidad, respetando derechos y evitando desigualdad.

👉 Ejemplo: cuando alguien decide no hacer trampa en un examen, aunque podría obtener una nota más alta, está siendo justo con sus compañeros y con el esfuerzo colectivo de la clase. En contraste, quien copia, roba o apuesta el dinero de su familia pensando solo en sí mismo, actúa injustamente y rompe la confianza social.

 

No maleficencia:

Este principio significa no tomar decisiones que causen daño, ni al cuerpo, ni a la mente, ni a la dignidad. No basta con evitar dañar a otros: también es ético no dañarnos a nosotros mismos con vicios, drogas o conductas autodestructivas.

👉 Ejemplo: manejar borracho después de una fiesta en Mamatoco no es solo un error personal, es un acto antiético porque pone en riesgo la vida de peatones, pasajeros y conductores inocentes. Del mismo modo, decidir consumir basuco en las esquinas del Mercado Público daña el propio cuerpo y destruye la dignidad, rompiendo el principio de no maleficencia.

 

Reflexión ética:

Decidir responsablemente es elegir cuidando tanto la vida propia como la ajena. No se trata solo de pensar en lo que quiero ahora, sino en el impacto que tendrá mañana. Una decisión ética es aquella que suma a mi vida, respeta a los demás y construye comunidad.

 

✝️ III. Religión: Discernir antes de actuar

 

1. Cristianismo:

San Pablo advierte en 1 Corintios 6:12: “Todo me es lícito, pero no todo conviene”. Es decir, tenemos libertad para decidir, pero no todo lo que está a nuestro alcance nos construye. El cristianismo enseña que la verdadera decisión debe estar guiada por la sobriedad, la fe y el amor al prójimo. Una mala decisión no solo afecta al individuo, sino que puede ser tropiezo para otros.

 

👉 Ejemplo: un joven que decide no emborracharse en una fiesta, aunque todos lo hagan, demuestra que su decisión no está dictada por la moda, sino por la conciencia de cuidar su vida y la de los demás. La sobriedad aquí es un acto de amor.

 

2. Islam:

El Corán, en la Sura 5:90, advierte contra el vino, los juegos de azar y todo lo que aparta de la oración. Para el islam, la clave del discernimiento es preguntarse: ¿Esta decisión me acerca a Alá o me aleja de Él? El musulmán auténtico debe evitar lo que nubla su juicio y lo arrastra a la injusticia.

👉 Ejemplo: un joven tentado a apostar en línea o a consumir drogas, al recordar sus oraciones y su responsabilidad con Dios, elige abstenerse. Esa elección lo fortalece espiritualmente y protege la rectitud de su vida.

 

3. Judaísmo:

En la tradición judía, toda decisión se enmarca en la lucha interior entre el yetzer hatov (inclinación al bien) y el yetzer hara (inclinación al mal). El libre albedrío permite elegir, pero el estudio de la Torá y la práctica de los mandamientos ayudan a orientar la voluntad hacia el bien.

 

👉 Ejemplo: un estudiante judío que enfrenta la tentación de copiar en un examen sabe que esa acción sería el fruto del yetzer hara. Sin embargo, al recordar el valor de la justicia enseñado en la Torá, decide esforzarse y ser íntegro, fortaleciendo su yetzer hatov.

4. Budismo:

El budismo enseña el Óctuple Sendero, en el que la “recta acción” significa tomar decisiones que no generen sufrimiento ni a uno mismo ni a los demás. Discernir es mirar más allá del deseo inmediato y considerar si lo que se hace conduce a la compasión y la paz interior.

👉 Ejemplo: un joven que está enojado y quiere pelear con un compañero reflexiona antes de actuar. Recuerda que la violencia traerá más dolor, y en su lugar decide hablar o buscar mediación. Esa decisión, guiada por el principio budista, previene el sufrimiento y cultiva la paz.

 

Reflexión espiritual:

Las religiones coinciden en que decidir no es solo un acto mental, sino también espiritual: es elegir entre lo que edifica o destruye, entre lo que acerca a lo sagrado o lo aleja. Una decisión tomada con discernimiento refleja un corazón guiado por la fe, la rectitud y la compasión.

👉 Ejemplo final: ser honesto en un examen, aunque cueste más esfuerzo, es una decisión que refleja un alma que ha elegido la luz sobre la sombra, el bien sobre el mal, la verdad sobre la mentira.

 

🩺 IV. Vida real: Decisiones que cambian caminos

  • Pareja: decidir amar con respeto o entrar en una relación tóxica.
  • Trabajo: aceptar un empleo digno o uno ilegal que puede destruir la vida.
  • Estudio: perseverar en el colegio o abandonar por flojera.
  • Drogas: decir “sí” a una invitación de consumo puede cambiar para siempre el rumbo de la salud y la familia.
  • Fiesta: elegir entre divertirse responsablemente o arriesgar la vida en excesos.

 

👉 Ejemplo local: en Santa Marta se han visto jóvenes que, por decidir unirse a pandillas o al microtráfico, han perdido oportunidades de estudio y hasta la vida. En cambio, otros que deciden entrar en grupos de música, danza o deporte logran transformar su futuro y el de su comunidad.

 

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