📘 Guía Transversal:
Filosofía, Ética y Religión
“Decidir es
vivir: cómo nuestras decisiones construyen o destruyen nuestro futuro”
Introducción
Cada día tomamos decisiones: desde cosas pequeñas como qué ropa usar o
qué comer, hasta decisiones que cambian el rumbo de nuestra vida: elegir
pareja, aceptar un trabajo, estudiar o abandonar, consumir drogas o mantenerse
sano, ir a una fiesta o quedarse en casa, ahorrar o gastar.
Algunas decisiones parecen inofensivas, pero con el tiempo marcan la
diferencia entre avanzar o retroceder. Esta guía nos invita a reflexionar sobre
el poder de decidir bien, entendiendo que la libertad siempre va acompañada de responsabilidad.
🧠 I. Filosofía: La
libertad de elegir y sus consecuencias
1. Sócrates:
Su frase más famosa, “Una vida no examinada no merece ser vivida”,
nos recuerda que las decisiones sin reflexión pueden llevarnos a la ruina.
Sócrates creía que el ser humano debe detenerse a pensar antes de actuar, pues
el mal muchas veces nace de la ignorancia.
👉 Ejemplo: un estudiante que decide abandonar
el colegio porque “se aburrió”, sin analizar lo que perderá (educación,
oportunidades, independencia), actúa desde la ignorancia. Sócrates diría que
esa decisión es fruto de no haber examinado su vida.
2. Aristóteles:
Para Aristóteles, la virtud está en el justo medio. Decidir bien
implica evitar los extremos dañinos: ni la cobardía ni la imprudencia, ni la
pereza ni el exceso de trabajo. La verdadera libertad consiste en elegir con
equilibrio.
👉 Ejemplo: un joven que va a fiestas todos los
días pierde el control y descuida sus estudios; otro que nunca sale ni comparte
se aísla. La decisión virtuosa está en equilibrar: estudiar con responsabilidad
y también disfrutar sanamente de la vida social.
3. Jean-Paul Sartre (existencialismo)
Sartre afirmaba que estamos “condenados a ser libres”, lo que significa
que no podemos escapar a la responsabilidad de decidir. Cada elección
nos define y no hay excusa en culpar a otros: no son “los amigos”, “la
sociedad” ni “el destino”; somos nosotros quienes elegimos.
👉 Ejemplo: cuando un joven decide aceptar una
droga “porque todos lo hacen”, en realidad ha elegido libremente dejarse
arrastrar. Sartre diría que esa persona no puede culpar a la presión social,
porque siempre tuvo la libertad de decir “no”.
4. Nietzsche:
Criticaba las “pequeñas felicidades” que adormecen el espíritu, como el
placer rápido que en realidad nos debilita. Para él, la vida auténtica se
construye tomando decisiones valientes, aunque sean difíciles. Nietzsche
hablaba del “superhombre”: aquel que decide crear su propio camino, en lugar de
dejarse llevar por la masa.
👉 Ejemplo: un joven que prefiere invertir
tiempo en aprender un oficio, tocar un instrumento o emprender un proyecto, en
vez de pasar tardes enteras en la esquina consumiendo, está tomando una
decisión nietzscheana: está afirmando su vida y construyendo sentido propio.
Reflexión filosófica:
La libertad de decidir no es simplemente “hacer lo que se quiere”, sino
hacer elecciones que nos construyan como personas. Cada decisión —grande
o pequeña— nos va moldeando. Decidir estudiar en vez de drogarse, ayudar en vez
de dañar, perseverar en vez de rendirse, es construir la libertad auténtica que
da sentido a nuestra existencia.
⚖️ II. Ética: Decisiones
responsables para la vida
Autonomía:
Decidir de manera autónoma significa elegir libremente, sin dejarse manipular
por la presión de amigos, parejas o incluso las redes sociales. La autonomía
implica pensar por uno mismo, distinguir entre lo que conviene y lo que
destruye.
👉 Ejemplo: un joven que recibe la presión de
sus amigos para probar tusi en una fiesta del Rodadero, pero decide no hacerlo,
está actuando con autonomía. No se deja arrastrar por la corriente, sino que
respeta su propio criterio y valores.
Responsabilidad:
Cada decisión trae consecuencias, no solo para quien la toma, sino también para
quienes lo rodean. Ser responsable significa medir los efectos antes de actuar
y asumir los resultados de lo que hacemos.
👉 Ejemplo: una estudiante que decide abandonar
las clases por flojera no solo afecta su propio futuro, sino también a su
familia que confía en ella, y a sus compañeros que pierden su aporte en el
grupo. En ética, la responsabilidad nos recuerda que nuestras elecciones nunca
son aisladas.
Justicia:
La justicia es pensar en el bien común, no solo en el beneficio personal. Una
decisión ética es aquella que también contribuye al bienestar de la comunidad,
respetando derechos y evitando desigualdad.
👉 Ejemplo: cuando alguien decide no hacer
trampa en un examen, aunque podría obtener una nota más alta, está siendo justo
con sus compañeros y con el esfuerzo colectivo de la clase. En contraste, quien
copia, roba o apuesta el dinero de su familia pensando solo en sí mismo, actúa
injustamente y rompe la confianza social.
No maleficencia:
Este principio significa no tomar decisiones que causen daño, ni al
cuerpo, ni a la mente, ni a la dignidad. No basta con evitar dañar a otros:
también es ético no dañarnos a nosotros mismos con vicios, drogas o conductas
autodestructivas.
👉 Ejemplo: manejar borracho después de una
fiesta en Mamatoco no es solo un error personal, es un acto antiético porque
pone en riesgo la vida de peatones, pasajeros y conductores inocentes. Del
mismo modo, decidir consumir basuco en las esquinas del Mercado Público daña el
propio cuerpo y destruye la dignidad, rompiendo el principio de no
maleficencia.
Reflexión ética:
Decidir responsablemente es elegir cuidando tanto la vida propia como
la ajena. No se trata solo de pensar en lo que quiero ahora, sino en el impacto
que tendrá mañana. Una decisión ética es aquella que suma a mi vida, respeta a
los demás y construye comunidad.
✝️ III. Religión:
Discernir antes de actuar
1. Cristianismo:
San Pablo advierte en 1 Corintios 6:12: “Todo me es lícito, pero no
todo conviene”. Es decir, tenemos libertad para decidir, pero no todo lo
que está a nuestro alcance nos construye. El cristianismo enseña que la
verdadera decisión debe estar guiada por la sobriedad, la fe y el
amor al prójimo. Una mala decisión no solo afecta al individuo, sino que
puede ser tropiezo para otros.
👉 Ejemplo: un joven que decide no
emborracharse en una fiesta, aunque todos lo hagan, demuestra que su decisión
no está dictada por la moda, sino por la conciencia de cuidar su vida y la de
los demás. La sobriedad aquí es un acto de amor.
2. Islam:
El Corán, en la Sura 5:90, advierte contra el vino, los juegos de azar
y todo lo que aparta de la oración. Para el islam, la clave del discernimiento
es preguntarse: ¿Esta decisión me acerca a Alá o me aleja de Él? El
musulmán auténtico debe evitar lo que nubla su juicio y lo arrastra a la
injusticia.
👉 Ejemplo: un joven tentado a apostar en línea
o a consumir drogas, al recordar sus oraciones y su responsabilidad con Dios,
elige abstenerse. Esa elección lo fortalece espiritualmente y protege la
rectitud de su vida.
3. Judaísmo:
En la tradición judía, toda decisión se enmarca en la lucha interior
entre el yetzer hatov (inclinación al bien) y el yetzer hara
(inclinación al mal). El libre albedrío permite elegir, pero el estudio de la
Torá y la práctica de los mandamientos ayudan a orientar la voluntad hacia el
bien.
👉 Ejemplo: un estudiante judío que enfrenta la
tentación de copiar en un examen sabe que esa acción sería el fruto del yetzer
hara. Sin embargo, al recordar el valor de la justicia enseñado en la Torá,
decide esforzarse y ser íntegro, fortaleciendo su yetzer hatov.
4. Budismo:
El budismo enseña el Óctuple Sendero, en el que la “recta
acción” significa tomar decisiones que no generen sufrimiento ni a uno mismo ni
a los demás. Discernir es mirar más allá del deseo inmediato y considerar si lo
que se hace conduce a la compasión y la paz interior.
👉 Ejemplo: un joven que está enojado y quiere
pelear con un compañero reflexiona antes de actuar. Recuerda que la violencia
traerá más dolor, y en su lugar decide hablar o buscar mediación. Esa decisión,
guiada por el principio budista, previene el sufrimiento y cultiva la paz.
Reflexión espiritual:
Las religiones coinciden en que decidir no es solo un acto mental, sino
también espiritual: es elegir entre lo que edifica o destruye, entre lo
que acerca a lo sagrado o lo aleja. Una decisión tomada con discernimiento
refleja un corazón guiado por la fe, la rectitud y la compasión.
👉 Ejemplo final: ser honesto en un examen,
aunque cueste más esfuerzo, es una decisión que refleja un alma que ha elegido
la luz sobre la sombra, el bien sobre el mal, la verdad sobre la mentira.
🩺 IV. Vida real:
Decisiones que cambian caminos
- Pareja:
decidir amar con respeto o entrar en una relación tóxica.
- Trabajo:
aceptar un empleo digno o uno ilegal que puede destruir la vida.
- Estudio:
perseverar en el colegio o abandonar por flojera.
- Drogas: decir
“sí” a una invitación de consumo puede cambiar para siempre el rumbo de la
salud y la familia.
- Fiesta:
elegir entre divertirse responsablemente o arriesgar la vida en excesos.
👉 Ejemplo local: en Santa Marta se han visto
jóvenes que, por decidir unirse a pandillas o al microtráfico, han perdido
oportunidades de estudio y hasta la vida. En cambio, otros que deciden entrar
en grupos de música, danza o deporte logran transformar su futuro y el de su
comunidad.
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